Día III - Escuela EGB nº 817

Nuevo día. Nuevas historias. Otra comunidad. Nuevas familias. Similitudes y diferencias. Los ojos y los oídos abiertos, pero sobre todo, los corazones, preparados para otra aventura.
Mil preguntas nos hacemos, que ni siquiera nos decimos. Muchas expectativas, emociones mezcladas y ganas de llegar inundan las dos horas que separan Quitilipi de la escuela EGB nº 817. Tomamos nuevmanete la ruta nacional 16, pero doblamos hacia el norte, Castelli. Castelli se considera la puerta de entrada al Impenetrable, aunque poco queda de ese bosque inhabitado. Las topadoras cambian algarrobos y quebrachos por soja, los ecosistemas se destruyen, y el hombre tiene que adaptarse. Las comunidades aborígenes tobas luchan por mantener su lugar, y se aíslan en pequeñas comunidades. Criollos y aborígenes conviven poco, y la lengua suele ser una de las divisiones más fuertes.
Paramos en Castelli, último lugar para comprar unos "panes dulces" (facturas) para desayunar todos juntos, mate cocido, azúcar, algo de carne, verdura y pan. Habrá de ser una verdadera fiesta. Por eso también llevamos gaseosas. El maestro Aguirre avisó el día anterior por radio que el padrino estaría al día siguiente visitando la escuela. Y parece que la noticia llegó, porque representantes de las trece familias se acercan, y la asistencia de los chicos es casi perfecta.
Compartiremos el desayuno, los juegos, una charla con los padres, y un almuerzo con sabor a fiesta grande. El tiempo pasa demasiado rápido cuando queremos que se detenga. Y sin embargo pasa demasiado lento para los que esperan, para los que viven esa vida todos los días. Nosotros nos llenamos de emoción, y creemos que a ellos también los une como grupo.

No se trata nada más de llevar cosas, sino también de acompañarlos, de contarles de lugares lejanos, de cambiarles el día por un rato, por un día.



Algunas imágenes de la fachada de la Escuela. Fue construída a nuevo por el Gobierno, y con los escombros de la escuela antigua, se planea hacer el piso del tinglado.



La escuela cuenta con dos aljibes que juntan agua de lluvia. Por suerte en esta zona, el agua no es un problema.



Apenas llegamos izamos la bandera. El padrino acompaña a los chicos que llegaron temprano para realizar esta tarea.


Algunas imágenes de las dos aulas que conforman la escuela. Hoy en día el Director ocupa una y la maestra otra. Luego, al estar solamente la maestra, los chicos se dividirán en turno mañana y tarde para que ella pueda dictarles divididos en secciones de grados múltiples. La idea es que el Gobierno apruebe la contratación de un docente más, ya que resulta indispensable para realizar de mejor manera la tarea docente.



Aquí imágenes de los dos baños hechos completos a nuevo. Sin embargo en el presupuesto del Gobierno no se incluía una bomba eléctrica que permita subir el agua al tanque, de manera que se encuentran en desuso. Por otro lado, se utilizan también como depósitos ya que la escuela no cuenta con ellos.


A unos 500 metros se encuentra el Puesto Sanitario donde atiende un enfermero que vive en la zona. Su propia hija concurre a la escuela.


Y aquí vemos la alimentación de energía con que cuenta la escuela: Se trata de paneles solares que proveen de energía especialmente para 12v. pero que también puede convertirse a 220v, sin embargo no permite la alimentación de aparatos que ofrezcan resistencia, como es la heladera; y tampoco de múltiples aparatos enchufados al mismo tiempo: si se enciende el televisor, no podría encenderse la computadora. Esto es así porque si bien la capacidad es de 1000watts, las baterías colocadas alcanzan a almacenar sólo 400watts. La realidad es que un proyecto orientado a 1000 escuelas, se instaló en alrededor de 1500, reduciendo la capacidad de cada una.


Mientras tanto las mamás de la cooperadora nos cocinan torta parrilla, y los papás comienzan con el asado, para el que también han traído unos chivos.




Luego servimos el desayuno para los chicos, con la colaboración de las mamás que ya han calentado el agua para el mate cocido. Les servimos también panes dulces que se devoran, y los reunimos para conocerlos un poco.




Comenzamos con la entrega de las donaciones que llevamos. Los chicos nos ayudan a bajar las cajas de la camioneta, armando una suerte de circuito. Todos colaboran en todas las tareas.

Leo presenta la entrega de los libros y coordina también la entrega de la ropa.


También realizamos el sorteo de las linternas donadas que conseguimos a través de APAER. Las familias se numeran, y se sortean cuatro números correspondientes a cuatro familias.






Nos tomamos un recreo con los chicos, queremos acercarnos, conocerlos y escucharlos. Queremos divertirnos y que ellos se diviertan.

Leo juega al fútbol como uno más, y los chicos se pelean por tener la padrino en el equipo.


Luego es el turno de un descanso, previo al almuerzo, lavarse las manos y refrescarse con un poco de agua, mientras se recuerdan los goles.

Es la hora de compartir un almuerzo. Una mesa de increíbles dimensiones ocupa el largo de todo el frente del colegio, compartimos el asado, las ensaladas y aunque falten lugares, sobre espacio en los corazones.

Leo charla con la maestra, para conocerla un poco más y acordar la comunicación.



Nos vamos. pero no del todo. Nos vamos y aunque no parezca, algo cambia. Todo cambia en lo que sentimos. Cambia en nosotros, y creemos que cambia en ellos. Crecemos. Conocemos otras vidas, otros sueños. Escuchamos. Levantamos la mano en señal de despedida, sin ganas de despedirnos nunca.

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